Despues de la tormenta siempre llega la calma.

El martes era un manojo de nervios, cada uno haciendo estragos en distintas partes de mi cuerpo y mente. Temblar, voz chirriante y turbulenta, el corazón aceleraba y desaceleraba cuando menos me lo esperaba... sin control de mi misma, la espera de noticias se hacia insufrible

Entraban en quirofano a las 4. A las 5 llamo para saber que tal va... Aun no han entrado. A las 6 llaman ellos... todavía siguen esperando para entrar. Apuffff...

A partir de ese momento, llamada aquí, llamada allá. Mi móvil y el teléfono de casa no me daban tregua y cuando estaba hablando por el móvil, sonaba el teléfono y cuando estaba hablando por teléfono, sonaba el móvil. Ainsssss!!! Y lo peor es que yo no sabia nada de lo que estaba pasando. Yo en casa y las noticias que deberían llegarme del hospital no llegaban...

Y pasaron las horas, las, 7, las 8, las 9, las 10... Por mucho que llamaba al móvil, nadie me contestaba. Ya me temía lo peor, estaba a punto de coger el coche y salir corriendo para allá. Cuando por fin, me cogen el teléfono: Tu madre lleva hora y media en quirofano, a tu hermana la meten en cuanto la saquen a tu madre.



Bueno, al menos sabia que ya estaba dentro... y aun así... seguí esperando por noticias.... A media noche seguía sin saber nada. Estaba histérica, al borde de un ataque de ansiedad. Me llaman y me dicen que mi hermana ya ha entrado pero que mi madre todavía no ha salido. Apuffff...

La una de la mañana... aun no sé si mi madre ha salido y no sé como va mi hermana en el quirofano. A las dos menos cuarto de la mañana me llama mi tía, mi madre esta fuera y se ha despertado. Esta bien, pero mi hermana sigue en quirofano.









Tres y medía de la mañana. Mi padre llama. Estan bien y pasaran toda la noche en la UCI.

...

Despues de todo un día conteniendo la respiración, sentí como si me hubiesen quitado la bolsa de plastico invisible que tenia sobre la cabeza.

Fue el peor día de mi vida sin duda.

Marta