viernes, 27 de febrero de 2015

Hasta que volvamos a leernos.


Hay momentos en la vida en los que hay que cerrar puertas. Hoy se cierra una para mi.

El blog.

Después de pensarlo mucho, ha llegado el momento de llevar todo esto, más allá. Siempre me ha gustado escribir y el blog era una vía para expresar todas esas ideas que me surgían ( sobretodo de noche). Pero por circunstancias de esta vida, lo tuve algo abandonadillo y ahora ha perdido esa magia y ese encanto que me producía escribir en él. Por esta razón, se cierra esta puerta, pero sigue abierta la ventana de mi imaginación que está ansiosa por contar grandes historias, esta mente inquieta que está en constante movimiento y que tiene una montaña de ideas amontonadas en unas cuantas libretas viejas.

Por eso, hoy empieza esta nueva etapa. Empieza el duro trabajo de investigación, la ardua tarea de escribir para mi y para los demás, para abrir las puertas de la imaginación de aquellos lectores que se sientan atraídos por mis palabras que narraran historias y que están emocionadas de ver la luz por fin.

Gracias por el apoyo de mi familia, por sus palabras que expresan el deseo de devorar lo que mis palabras tengan que decir. Gracias por el ánimo de mis amigos, que mantienen mis alas abiertas para volar y me mantienen para que la caída, que la habrá, sea menos dolorosa. Y gracias a ti, por amarme, por abrir el grifo, por animarme, por inspirarme y leerme siempre. Gracias a todos los que me habéis acompañado en esta aventura, leyendo cada entrada. Los que habéis estado desde el primer día y los que os habéis unido por el camino. Infinitas gracias por animarme a ser quien soy siempre, sin olvidarme nunca de la esencia que todo esto produce.

Escribir es y será siempre para mi lo que mejor sé hacer. A veces lo haré mejor, otras será más difícil exprimir para que salga una frase que transmita. Sobretodo quiero escribir para eso, para transmitir. Para que cada palabra que aquí se escribió y para todas aquellas que vendrán ahora, lleguen a ese rinconcito de cada persona que las lee y consigan poner la piel de gallina, arrancar sonrisas, y descubrir que aquello que sentían y no podían expresar, está ahora plasmado en palabras que conseguirán desahogar y al fin y al cabo, transmitir.

Me voy, pero sabéis que no es un adiós, sino un hasta que volvamos a leernos.



Marta

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