martes, 6 de marzo de 2012

LA CAJITA

LA CAJITA


Soñaba cada noche con poder llenarla, pero cada mañana, al despertar, su cajita estaba vacía.

Y se preguntaba, día tras día, ¿Dónde podría encontrarla?

Miraba debajo de la cama y sólo encontraba monstruos de polvo danzarines.

Miraba en los bolsillos de la ropa y sólo encontraba pelusilla y se preguntaba ¿Cómo habrá llegado hasta aquí?

Pero al igual que yo, que escribo esta historia, sabía a donde quería llegar, pero no sabia como llegar hasta allí.

Un día, mirando de nuevo debajo de la cama, el polvo danzarín escondía debajo de sus faldas un llavero de su infancia. Se llevo tal alegría que al mirarse al espejo observó el dibujo que sus labios dibujaban en su rostro y descubrió que la cajita de su interior se lleno, aunque al cabo de un rato empezó a vaciarse.

Buscaba y buscaba, un día tras otro, en el armario, en la alacena de la cocina, en la casita del perro, pero al parecer, el buscarla no le garantizaba el encontrarla y mucho menos que se mantuviese llena.

Un día, de camino a ninguna parte observó a dos pequeños gorriones realizar una hermosa danza y la cajita se volvió a llenar.

Y así, día tras día, en su búsqueda continua, aprendió que la cajita se llenaba de felicidad con pequeños detalles sin importancia y que para volver a llenarla sólo tenia que seguir buscando sin buscar nada, pues la felicidad se encontraba en cualquier rincón de su interior.

MARTASKY

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